El fraude científico organizado sigue creciendo y amenaza la credibilidad de la ciencia
Un estudio reciente publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences revela que el fraude científico organizado está creciendo de forma alarmante. Redes llamadas paper mills comercializan artículos completos —a veces con datos inventados, imágenes manipuladas o plagiadas— y también venden autorías y citas, lo que permite a investigadores aparecer como credenciales sin realizar realmente sus propios estudios.
Según los investigadores, la producción de artículos fraudulentos se duplica aproximadamente cada 18 meses, mientras que las retracciones de estos artículos solo lo hacen cada 3,5 años. Estimates alertan que apenas entre un 15 % y un 25 % de estos estudios se retractan, dejando una enorme cantidad de literatura contaminada sin corregirse.
Estas prácticas operan mediante estructuras coordinadas: brokers que gestionan relaciones entre autores compradores, escritores, editores cómplices y revistas vulnerables. En algunos casos, incluso se asumen dominios de revistas inactivas para dar apariencia de legitimidad, como sucedió con una revista antigua llamada HIV Nursing que publicó artículos sin relación con su campo original.
Mientras tanto, los mecanismos de detección —como PubPeer, análisis automático de duplicados de imagen o IA para identificar patrones sospechosos— han comenzado a identificar estas publicaciones, pero aún no bastan. Instituciones como Wiley han rescindido más de 11.300 artículos y cerrado decenas de revistas, pero los expertos advierten que la velocidad del fraude supera ampliamente la de reparación.