Fuerzas de EE. UU. atacan narcolanchas en el Pacífico Oriental: 14 muertos y tensiones diplomáticas
El Ejército de Estados Unidos ha llevado a cabo una serie de ataques contra presuntas narcolanchas en aguas internacionales del Pacífico Oriental, resultando en la muerte de 14 personas, a quienes el gobierno estadounidense ha calificado como "narcoterroristas". El secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó que los ataques fueron autorizados por el presidente Donald Trump y ejecutados sin bajas estadounidenses.
Según Hegseth, los operativos se realizaron en menos de 24 horas y fueron dirigidos contra cuatro embarcaciones identificadas mediante inteligencia militar como involucradas en actividades ilícitas. En uno de los ataques, ocho personas perdieron la vida; en otro, cuatro; y en una tercera embarcación, dos de los tres tripulantes fueron abatidos, mientras que uno sobrevivió y fue rescatado por la Marina de México a unos 740 kilómetros de Acapulco. Este último incidente ha generado tensiones diplomáticas, con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, calificando los ataques de "extrajudiciales" y exigiendo una revisión conjunta con Washington dentro del marco de acuerdos de seguridad bilaterales.
El gobierno estadounidense ha justificado estos operativos como parte de una campaña antinarcóticos en la región, señalando que las embarcaciones atacadas estaban vinculadas a organizaciones catalogadas como terroristas. Sin embargo, críticos y expertos en derecho internacional han cuestionado la legalidad de estas acciones, argumentando que se han realizado sin la debida autorización del Congreso y sin pruebas públicas que respalden las acusaciones de narcotráfico. Además, se ha señalado que la falta de transparencia y la ausencia de un proceso judicial adecuado podrían constituir violaciones a la soberanía de los países afectados.
Este ataque se suma a una serie de operaciones similares realizadas por Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico desde septiembre de 2025, que han resultado en la muerte de al menos 57 personas y han generado críticas de gobiernos como los de Colombia y Venezuela. El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha calificado estos operativos como una "violación de la soberanía nacional", mientras que el gobierno venezolano ha denunciado lo que considera una "agresión imperialista".
La comunidad internacional sigue de cerca estos desarrollos, ya que podrían tener implicaciones significativas para las relaciones diplomáticas en la región y para el respeto al derecho internacional en operaciones militares contra el narcotráfico.

